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Grupo Saesa presentó a autoridades propuesta de soterramiento de redes eléctricas en sectores rurales

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Grupo Saesa presentó a autoridades propuesta de soterramiento de redes eléctricas en sectores rurales

Grupo Saesa presentó a autoridades propuesta de soterramiento de redes eléctricas en sectores rurales

Grupo Saesa presentó a autoridades propuesta de soterramiento de redes eléctricas en sectores rurales

23 febrero 2024

Temporales e incendios forestales se han hecho cada vez más frecuentes en Chile, provocando -entre otros efectos- interrupciones en el suministro eléctrico. Frente a estos eventos, una solución que suele aparecer y rápidamente se desvanece en el sector es el soterramiento de líneas eléctricas, debido principalmente a sus altos costos. Si bien hay empresas con experiencias en esta materia, estas se han concretado en algunos sectores puntuales, y no hay un plan para trabajar de forma mancomunada como industria en este sentido. Pero hay un intento que podría, al menos, instalar un debate que permita pensar a futuro en esta idea. Se trata del Grupo Saesa -integrado por las filiales Saesa, Frontel, Edelaysen y Luz Osorno- que por primera vez ha socializado una propuesta conceptual al respecto con el Ministerio de Energía, la Comisión Nacional de Energía (CNE) y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), la cual está enfocada en los sectores rurales con alta vegetación. En esa línea, en caso de ser viable, no solo beneficiaría a Saesa, sino también podría ser aplicable a CGE y cooperativas. El grupo canadiense asegura que cumple prácticamente con el 100% de los estándares regulatorios que fija la autoridad. Pero, dicen, como su compromiso es entregar el mejor servicio posible a la comunidad, se han planteado nuevos desafíos. 'Dado que existen situaciones de fuerza mayor, como temporales o incendios forestales que son eventos que están aumentando en intensidad por el cambio climático, no controlables por la empresa y que afectan directamente a los clientes, especialmente a los de zonas rurales y densas en vegetación, Saesa ha explorado nuevas soluciones', explica a DF el gerente general de Grupo Saesa, Francisco Alliende. Añade que los cortes en las zonas rurales promedian 20 horas sin energía al año, muy lejos de las tres o cuatro horas que se da en las ciudades. Y sincera: 'Una solución viable es que las líneas eléctricas estén bajo tierra. Si las soterramos, podremos lograr que las interrupciones en la zona rural se midan en minutos y no horas'. Desde hace varios años la firma ha estado estudiando la experiencia internacional y vieron a Finlandia como un buen símil para Chile: tienen una ruralidad, vegetación y clima similar y ellos emprendieron un plan de soterramiento 'agresivo y eficiente'. Fue así que en 2019 la compañía trabajó con un equipo de expertos finlandeses para adaptar esta solución a la realidad local, con estándares constructivos y una hoja de ruta para implementar un proyecto a mayor escala. En concreto, Saesa lleva tres años desarrollando pilotos y han soterrado 50 kilómetros. 'Hemos probado que es posible y queremos seguir avanzando', enfatiza Alliende. Dentro de los proyectos destacan las iniciativas realizadas en sectores rurales de Mulchén (Región del Biobío), Pichirropulli (Región de Los Ríos) y Piedras Negras (Región de Los Lagos), implementadas con método constructivo tipo arado, que permite enterrar de forma directa adaptándose a las condiciones de suelo. Los pilotos habrían permitido probar tecnologías. Viabilidad La propuesta conceptual del grupo canadiense para soterrar redes eléctricas fue planteada el 16 de octubre del año pasado al ministro de Energía, Diego Pardow, en una reunión a la que acudió Francisco Alliende junto al vicepresidente, Iván Díaz-Molina, y otros dos ejecutivos. La empresa habría acordado volver a reunirse con la cartera, esta vez, con los costos que permiten sustentar la factibilidad de la idea. De hecho, la firma apuntaría a reunirse con la Asociación Gremial de Empresas Eléctricas, las cooperativas, y posteriormente con las autoridades. La empresa ve esta opción con una alternativa factible de desarrollar paulatinamente y que es posible sin que suban las tarifas de distribución. Según explica Alliende, 'estas nuevas inversiones podrían financiarse con el crecimiento del consumo y sin impactar la tarifa, más si como país queremos avanzar en transición energética con la electrificación de usos energéticos'. Reconoce que los costos de soterrar líneas son altos. Precisa que en las ciudades pueden ser seis a ocho veces más caros, pero en los sectores rurales -con esta nueva tecnología-, se reducen porque no hay que romper pavimentos ni hacer grandes obras civiles: 'En un plazo de 10 años, financiado solo con el aumento de las ventas de energía (Factor de Economía de Escala), podríamos avanzar drásticamente en esta solución'. Hacer realidad la propuesta requiere de una normativa que defina estándares de construcción, entre otros, por lo que es clave el trabajo conjunto con el regulador y fiscalizador. 'Hemos visto una respuesta positiva y estamos trabajando en forma conjunta para ver la factibilidad de su implementación', afirma. El Grupo Saesa ha invertido cerca de US$ 5 millones para probar que la tecnología para soterrar redes eléctricas funciona y es eficiente en costos. Aunque la empresa aún trabaja en los números para sustentar la propuesta conceptual, se estima que soterrar las líneas de media tensión de una parte del Grupo Saesa -las que tienen el perfil de ruralidad y alta vegetaciónsuperaría los US$ 1.000 millones. Considerando factores como el congelamiento de tarifas desde 2019, y que soterrar también implica que la reparación de las redes sea más difícil en caso de problemas, no será fácil convencer a las firmas, pero también porque esto requeriría un cambio en la regulación, así que se espera trabajar con la autoridad para ver cómo podría ser viable. Asimismo, hay conciencia que se debe buscar una fórmula que se financie en el tiempo y no implique alza de tarifa para que tenga viabilidad política. Para ello, el objetivo principal sería instalar la discusión y luego ver su factibilidad a futuro.

Fuente: Diario Financiero